“Sólo aquellos
que nada esperan del azar,
son dueños de su destino”
– Matthew Arnold-
Se dio cuenta de que no existen los 11:11, ni el oro al final del arco-iris, que cruzar los dedos para alejar a los fantasmas y a los malos espíritus no funciona.
Que los tréboles de cuatro hojas son mutaciones de una triste planta verde, y las monedas lanzadas a la Fontana de Trevi sólo marchitan el agua un poco más.
Que pedir un deseo al ver una estrella fugaz, al caerse una pestaña o al soplar un diente de león que se cruza frente a ti no funciona para nada.
Se dio cuenta que los gatos negros y los cristales rotos no son tan malos.
Derramar la sal o pasar por debajo de una escalera no trae mala suerte.
Abrir un paraguas en un sitio cerrado y el color amarillo no significan nada.
Que ni los martes 13 ni los viernes 13 existen.
Se dio cuenta de que todo se basa en la fuerza de voluntad, en las ganas de ganar.
No existen los finales tristes, son las personas, que convierten la luz en oscuridad.
Somos nosotros los dueños de nuestro destino.
Nosotros creamos suerte y la destruimos.
Sigue así, con esa mentalidad y esa facilidad de palabra. Simplemente, me ha encantado
ResponderEliminarMuchas gracias Rubén. Se agradecen comentarios así de verdad :)
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